sábado, 12 de mayo de 2012

¡Ay mi querido pozo!

A veces es imposible controlar las sentimientos. Te paras en medio de la calle y te preguntas a dónde vas. ¿Hago lo correcto? No sabes si seguir andando o simplemente dar marcha atrás. Sentarte en ningún lugar y querer no pensar. Te levantas seria, sin sonrisa. Estás cansada de todo y de todos. La gente te decepciona. Día a día, un disgusto te saluda. No sabes como reaccionar, porqué simplemente llega un punto que ni te afecta. 

Todos nos equivocamos, yo la primera. Creo en la imperfección. Pero no en el hecho de poder hacer daño a los demás. Tendemos a pensar sólo en nosotros. Yo tengo el defecto que pienso antes en los demás, porque no soporto ver su sufrimiento. Y aún menos si es por mi culpa. Llego a dejar de hacer cosas, sólo para hacer felices a los demás... Pero estas cosas, ya no se valoran. Te dicen que pienses más en ti, que no me preocupe por el resto. ¿Qué hay de malo en querer el bien para los demás? Estoy cansada. Con desgana. 

Busco respuestas... Tengo ganas de irme a mi pozo y aislarme. Igualmente, tampoco se darían cuenta.



"Mirando al cielo nacen miles de preguntas, y yo en el suelo siento que las hago todas juntas".  



Veuillez installer Flash Player pour lire la vidéo

No hay comentarios:

Publicar un comentario